La campaña #porunusolovedelatecnología de Orange alerta sobre los trastornos alimentarios en los jóvenes y la influencia de las redes sociales en ellos

  • Orange alerta del peligro de un mal uso de las redes sociales y cómo éstas influyen en los trastornos alimentarios de los jóvenes en una nueva entrega de su campaña #porunusolovedelatecnología.

Madrid, 27 de septiembre de 2019.- Orange España lanza una nueva entrega de la campaña #porunusolovedelatecnología  sobre “Trastornos Alimentarios y Redes Sociales” en colaboración con la asociación FEACAB (Federación Española de Asociaciones de Ayuda y Lucha contra la Anorexia y Bulimia), y la AETCA (Asociación Española para el estudio de los Trastornos de la Conducta Alimentaria).

El objetivo de esta campaña es concienciar y hacer reflexionar sobre los riesgos que existen en internet en la difusión de contenidos relacionados pro-anorexia (#Ana) y pro-bulimia (#Mia), los dos trastornos de la conducta alimenticia (TCA) con mayor incidencia en la población.

La campaña ha sido creada por Comunica+A y Arena Media es la agencia encargada de la difusión de la misma, orientada al medio digital con campañas de vídeo online y desarrollando una red de influencers de la mano de Socialyse, entre los que figuran Espido Freire (quien padeció la enfermedad de joven), Alma Cupcakes o Nutrition is the New Black.

Desde hace dos años, la marca Orange busca acercarse a las personas, muy especialmente a las familias y a sus preocupaciones sobre las consecuencias de un mal uso de la tecnología.

Algunos datos...

Las búsquedas relacionadas con la anorexia y la bulimia se han disparado + 470% en los últimos años.

Existen 2 millones y medio de publicaciones etiquetadas con #anorexia y casi cuatro millones con #ana #mia.

El 60% de los pacientes con trastornos alimentarios buscan contenidos en internet que ponen en riesgo su salud.

El 85% de los pacientes comienzan a buscar contenidos de esta naturaleza cuando son menores de edad y 1 de cada 4 siguen haciéndolo cuando son adultos.

El 87% de la familia desconoce este problema, solo un 40% se acaba enterando.